Al rojo vivo
Te presentamos una de las comparativas más candentes en lo que a Superbikes se refiere: la BMW S1000RR y la Ducati Panigale V4 S puestas frente a frente para saber cuáles son los puntos más fuertes de cada una de estas máquinas que parecen llegadas del futuro
¿Para qué tipo de pilotos se recomienda cada una?
En principio nuestra opinión apunta a que la Ducati es una moto más técnica y exige más de un piloto para sacarle el máximo partido. La S1000RR permite a usuarios no tan experimentados dar el salto a las grandes ligas, gracias a una electrónica que abarca más niveles de intervención y limitación de potencia.
¿Cuál es más potente?
Si nos fijamos exclusivamente en sus fichas técnicas la máquina italiana resulta ganadora en este sentido, pues acumula más centímetros cúbicos y potencia. No obstante, en nuestra prueba de manejo comprobamos que las cifras tienden a igualarse sobremanera por una cuestión de desempeño y de pesos.
¿Cómo es el desempeño de sus suspensiones?
Muy diferente. En la Ducati notamos un taraje más duro y deportivo de las suspensiones Öhlins que exigen más al piloto para entrar en curva sin perder velocidad, mantenerse de un modo puntual y salir a toda velocidad; en la S1000RR el funcionamiento es más suave, lo cual puede ralentizar al piloto en tramos de curvas.
El mercado de las Superbikes está en auge y en las últimas fechas hemos comprobado cómo las grandes marcas han renovado sus catálogos con modelos nuevos o remasterizados que elevan sobremanera el nivel de este segmento al que los mercados vuelven a mirar con interés. Las Superbikes han vuelto con todo.
En Revista Moto hemos puesto toda la carne en el asador para realizar una comparativa en la que tuvimos, cara a cara, dos de los modelos más impresionantes que se encuentran en los distribuidores oficiales del país, dos modelos stock que probamos del modo más extremo para conocer en profundidad sus puntos más fuertes.
Las protagonistas de esta comparativa son la BMW S1000RR en su versión 2020 y la nueva Ducati Panigale V4 S 2020, dos motos que no nos queríamos quedar con las ganas de poner en ‘versus’ y que hemos seguido muy de cerca en esta Casa Editorial comprobando cómo han evolucionado de manera paralela en potencia y, consecuentemente, en electrónica, pues ambas superan de serie los 200 CV y se necesita algo más que un poco de ayuda para canalizar tanto poder.
Motores diferentes
Dos propulsores fuera de serie; dos maneras de entender la competición. En los motores es donde encontramos las mayores diferencias entre la Ducati y la BMW, pero más que en los datos que encontramos en sus fichas técnicas, es en el tipo de corazón que equipa cada una, un alma derivada de la ingeniería de las fábricas de estas míticas marcas capaces de ofrecer unas cifras y un rendimiento de infarto.
Así, BMW ha puesto el foco en la reducción de peso en su superdeportiva, mientras que Ducati ha mejorado la potencia para la compensación. Cabe destacar que ambas motos pueden alcanzar los 300 kilómetros por hora de velocidad máxima y que también los dos modelos integran un sistema ABS en curvas de serie, si bien su rendimiento es muy diferente. La Panigale V4 S cuenta con un cuatro cilindros en línea que rompió la tradición de los motores anteriores V-Twin bicilíndricos que, en manos de algunos pilotos, resultaban demasiado agresivas cuando se sacaban de las pistas. La vuelta a los cuatro cilindros se ha hecho acompañada de un despliegue de electrónica inmenso que ayuda a ir avanzando en el conocimiento de una moto que parece tener posibilidades infinitas.
BMW Motorrad presentó su cuatro cilindros completamente nuevo aumentando la potencia máxima y optimizando la curva de par, gracias a la nueva tecnología ShiftCam de la firma alemana, que utiliza un árbol de levas para seleccionar el tiempo de apertura de válvulas y la carrera para obtener un par y una potencia notablemente mayores, incluso a bajas y medias revoluciones. Además, se adaptaron muchos otros componentes para optimizar aún más el peso, el espacio de instalación y el diseño para aligerar en cuatro kilos el peso del propulsor.
Basándonos en los datos de las fichas técnicas, la Panigale se apunta el tanto de la potencia: con un desplazamiento de 1,103 cc, una potencia máxima de 214 HP a 13,000 revoluciones y un par máximo de 124 Nm a 10,000 vueltas. Por su parte, la S1000RR cuenta con 999 cc, una potencia máxima de 207 HP a 13,500 revoluciones y un par máximo de 113 Nm a 11,000 revoluciones por minuto. La compresión de ratio es similar, la transmisión final en ambos modelos es por cadena, poseen inyección de combustible y también comparten una caja de cambios de seis velocidades con embragues en baño de aceite.
Estas cifras -en las que la Ducati sale ganando- no corresponden al pie de la letra con las sensaciones encima de una y otra moto, ya que la reducción de peso que ha implementado BMW en su superdeportiva compensa la mayor potencia desarrollada por Ducati en la Panigale; la pequeña diferencia de peso de un kilo (198 kg en la Ducati y 197 kg en la BMW) compensa los niveles de potencia.
En lo que a aceleración se refiere, la alemana empuja muy lineal en todo el arco de potencia, mientras que la italiana es más estridente dado que es más potencia. En las condiciones en las que desarrollamos esta comparativa, a unos 1,500 metros sobre el nivel del mar donde los motores respiran con
dificultad, el dinamómetro arrojó unas cifras favorables a la Ducati: 192 caballos de potencia a la rueda trasera, por 187 de la BMW.
Respecto a la electrónica, las dos presentan unos sistemas impresionantes que requieren tiempo y práctica por parte del piloto para llegar a dominar estas ayudas que, en términos generales, podemos decir que son más complejas en la S1000RR, aunque también más orientadas a usuarios menos experimentados. El ajuste de todos los sistemas y la adaptación al tipo de manejo deseado, insistimos, es una cuestión que llevará tiempo. Las dos motos analizadas cuentan con modos de manejo, controles de lanzamiento y tracción y otros elementos que permiten una carrera dinámica.
Parte ciclo: manejos diferentes
La diferencia en la parte ciclo de ambos modelos explica un tipo de manejo diferente en las dos máquinas. La Panigale cuenta con un nuevo chasis (respecto a su modelo anterior) de aluminio que abraza al motor y le da la justa rigidez que permite tener un gran tacto de la parte ciclo, abandonando el sistema tubular tipo Trellis y fijándose en el camino de los modelos de MotoGP de la marca. En BMW la apuesta pasa por un chasis de doble viga de aluminio con motor autoportante que se siente con la deportividad adecuada. El chasis de la S1000RR se denomina Flex Frame y ha sido rediseñado para aportar más flexibilidad, usando el motor como elemento de refuerzo y aligerando el conjunto en 1.3 kilos, respecto a la versión precedente.
En el equipo de frenos la ventaja se la lleva Ducati, con discos de mayor tamaño (330 mm de diámetro en la parte delantera frente a los 320 mm de la BMW; y detrás de 245 mm por 220 mm en la S1000RR). Diferencia de medidas que se aprecia en el manejo, pues encontramos que el frenado es más contundente en la moto italiana y más dosificable en la alemana. Los neumáticos son de idéntico tamaño en la BMW, mientras que la V4 S presenta diferencias que también se sienten en la pista. En concreto, se trata de 10 mm de diferencia, respecto al neumático trasero (200 mm frente a 190 mm).
Los equipos de suspensiones, aún siendo de primerísimo nivel en las dos superdeportivas y permitiendo ajustes completos, también nos dejaron sensaciones muy diferentes en el manejo. Ducati apuesta por un equipo Öhlins de suspensiones electrónicas (característico de la versión S) con un taraje más duro que, si bien en pista resulta mejor que el de BMW, en otras circunstancias no sale tan bien parado como en la S1000RR, que se muestra más suave en todos sus niveles y aguanta mejor los baches.
En lo que a curvas se refiere también hay diferencias, en parte, por el equipo de suspensiones. En la Panigale el sentimiento es más duro y deportivo, de manera que la entrada por curva es algo más compleja, quizás algo más lenta que en el caso de la BMW, que hace una entrada más suave. En cuanto a las curvas cerradas, la Ducati se comporta más sobriamente, con un comportamiento más sólido (si se trata de pilotos experimentados); la S1000RR se mantiene fácil en las curvas, aunque no es tan precisa ni durante la misma, ni tampoco a la salida. Ciertamente la V4 S es más precisa.
Opiniones generales
Obviando cuestiones más o menos subjetivas como el diseño, donde se aprecia que los ingenieros de estas marcas top han puesto todo de su parte para crear dos auténticas bellezas, habrá quién prefiera una u otra silueta; uno u otro panel de control o ciertos componentes en detrimento de otros. Las ayudas electrónicas son tan abundantes como buenas en su planteamiento y en su ejecución y los modos de manejo también quedan a gusto del usuario. En cuanto a lo fundamental de las medidas, los parámetros son similares, si bien ya hemos comentado que la diferencia de un kilo de peso queda más o menos compensado con los rangos y entrega de potencia.
En nuestra opinión, la Panigale exige un manejo más técnico y experimentado para sacar todo el jugo a un modelo superlativo; se nos antoja la opción más interesante para los pilotos más avanzados en el campo de la velocidad, mientras que la BMW es un modelo más ‘dulce’ (si es que cabe la expresión con cifras como las que marca su ficha técnica), más apropiada para personas que buscan divertirse en Track Days y así adentrarse en el camino de la velocidad sin tener que pasar por cilindradas menores (600 cc o 750 cc) para dar el salto a las grandes ligas, ya que la S1000RR posee una electrónica que cuenta con un mayor rango de dosificación en cuanto a potencia y a nivel de intervención se refiere.
BMW: más fácil, pensada para los usuarios que buscan divertirse en Track Days, adentrarse en el mundo de la velocidad sin tener que pasar por todos los caminos con motos más pequeñas para poder llegar a la ‘mil’.